
El respeto por la tierra es una de las bases de la filosofía de El Grifo. Dentro del proyecto “Suelos Vivos”, la bodega desarrolla distintas prácticas destinadas a regenerar el suelo y mejorar su fertilidad de forma natural. Una de las más significativas es la producción de vermicompost —también conocido como humus de lombriz—, un abono orgánico obtenido mediante la descomposición de materia vegetal por la acción de lombrices rojas californianas (Eisenia fetida) y microorganismos beneficiosos.
El proceso aprovecha los residuos orgánicos del viñedo y la bodega, como hojas, ramas, orujos y hollejos generados durante la vendimia, que se depositan en una zona especialmente acondicionada con materiales reciclados. Las lombrices transforman lentamente estos restos en un compost de gran valor agronómico, rico en nitrógeno, fósforo, potasio y otros micronutrientes esenciales.
El resultado es un abono natural de alta calidad, que no solo mejora la fertilidad del suelo y estimula el crecimiento de las plantas, sino que también aumenta la capacidad de retención de agua, mejora la estructura del terreno y reduce la dependencia de productos químicos. Además, a partir de este humus se elabora un “té de vermicompost”, una solución líquida utilizada como fertilizante foliar o de riego, ideal para cultivos ecológicos.
Con iniciativas como esta, El Grifo refuerza su compromiso con la viticultura sostenible y la economía circular, devolviendo a la tierra parte de lo que ella ofrece y asegurando la vitalidad de sus viñedos para las generaciones futuras.