El oro en el Gaia Wine Challenge de Boston abre las puertas del mercado norteamericano a los vinos de El Brifo.

El concurso y su relevancia

El Gaia Wine Challenge tiene su sede Boston y se ha convertido en uno de los referentes internacionales en cuanto a concursos exclusivos para vinos naturales, que provienen de cultivos sostenibles y 100% ecológicos.

La lista de vinos premiados, todos aquellos que superan los 90 puntos (sobre 100) y que obtienen plata u oro por lo tanto, es enviada a más de 30.000 distribuidores, mayoristas, representantes y expertos de todos los Estados Unidos, así como de Europa. El potencial para crear nuevas oportunidades en la exportación al otro lado del Atlántico es enorme. En este objetivo de apertura será importante la comunicación y las estrategias de marketing digital que desarrollemos para trasladar los valores únicos de los vinos de Lanzarote, sus uvas endémicas y las gamas exclusivas de El Grifo, como este Ancestral Ecológico premiado.

Los premios se desarrollan con una cata a ciega realizada por un nutrido conjunto de expertos y expertas del mundo del vino que puntual individualmente cada vino.

Hasta allí llegamos con nuestro Método Ancestral Ecológico, un espumoso natural de malvasía volcánica vendimiada en la parcela de José Domingo Hernández, viticultor y propietario, colaborador indispensable en esta experiencia, alzándonos con una medalla de oro en el curso, la segunda en lo que va de año, ya que en mayo también recibió una medalla de oro en los Premios EcoVino celebrados en Madrid y que al igual que los Gaia Wine Challenge se restringe a los vinos naturales.

El Ancestral Ecológico, un espumoso único

Estamos ante un espumoso elaborado con Malvasía Volcánica por el Método Ancestral (Pet-Nat), en una única fermentación y no en dos sucesivas como en el Método Tradicional o Champenois.

La malvasía volcánica proviene de las 300 viñas de la parcela del viticultor José Domingo Hernández, ubicada al noroeste de la isla de Lanzarote, de una hectárea aproximadamente, que nos permitió elaborar unas 1.000 botellas de este espumoso natural. José Domingo ha sido colaborador indispensable para obtener la calidad del producto deseada, partiendo de un cultivo 100% ecológico y sostenible.

Para su elaboración la uva es cortada tras su vendimia y al día siguiente se prensa el racimo entero sin despalillar para minimizar la extracción tánica. Tras un breve desfangado el mosto empieza a fermentar en un pequeño depósito con nuestras propias levaduras autóctonas.

Tras la fermentación tumultuosa, cuando el azúcar disminuye hasta los 16 g/l de azúcar, se introduce el mosto en botellas, apenas los 10 días desde ser cortada la uva y se procede a taponarlas para que la fermentación residual genere las burbujas carbónicas.

Es un vino que no pasa desapercibido, tanto por su apariencia a la vista como por el impacto en nuestros sentidos olfativos y gustativos.

  • A la vista se presenta como un vino ligeramente turbio, amarillo pajizo, con ligeras tonalidades doradas y una burbuja muy fina y bien integrada, presentando un rosario de burbujas, elegante y persistente.
  • A la nariz se presenta un aroma de intensidad media-alta, con recuerdos a fruta fresca (melocotón, albaricoque, mango), cítricos (piel de naranja, pomelo) sobre un fondo ligeramente floral (azahar) así como recuerdos propios de la fermentación, como la miga de pan y levaduras.
  • Y por último, en el paladar presenta una textura delicada de la burbuja que lo hace cremoso en boca, con paso ligero, afrutado y con buena acidez final que lo hace refrescante, con un recuerdo salino que en conjunto nos da un vino espumoso sedoso, amplio y armonioso donde predomina la fruta blanca.