LA GERIA

ESPACIO NATURAL PROTEGIDO DE CANARIAS DESDE 1994

En el corazón de Lanzarote se abre un paisaje que parece de otro planeta: La Geria.

Un mar de conos volcánicos, arena negra e hileras infinitas de cepas verdes, donde cada planta crece protegida por un pequeño muro de piedra.

Este paisaje, único en el mundo, es fruto del ingenio de los agricultores lanzaroteños, que con paciencia y amor por la tierra han convertido la roca volcánica en cuna de algunos de los mejores vinos de Canarias.

Aquí, cada viñedo cuenta una historia. Las vides se cultivan en hoyos excavados en el picón (ceniza volcánica), una técnica centenaria que aprovecha la humedad de la noche y protege del viento alisio.

El resultado: vinos con carácter volcánico, aromas intensos y una personalidad que solo puede nacer en estas tierras.

Puedes recorrerla en coche, en bicicleta o caminando entre sus singulares viñedos excavados en ceniza volcánica.

A lo largo del camino descubrirás bodegas históricas, degustarás vinos como la Malvasía Volcánica y sentirás cómo tradición y naturaleza se entrelazan en un escenario irrepetible.

Déjate llevar por la magia de este rincón protegido y siente cómo el tiempo se detiene en cada sorbo y cada paso. La Geria en Lanzarote te espera para que descubras el alma volcánica.

Déjate envolver por la magia de este rincón único de Lanzarote, donde el paisaje protegido de La Geria se convierte en un escenario que parece detener el tiempo. Entre laderas cubiertas de ceniza volcánica se abren los característicos hoyos en picón, cavidades que guardan celosamente la vida de cada vid.

Estos viñedos en La Geria, abrazados por muros de piedra seca que los protegen del viento, son el testimonio vivo de la unión entre el ingenio humano y la fuerza de la naturaleza. Caminar por sus senderos, contemplar el contraste entre el negro volcánico, el verde intenso de las parras y el horizonte bañado por la luz del sol, es adentrarse en un paisaje cultural único en el mundo.

Aquí, cada paso es historia, cada sorbo de vino es tradición, y cada mirada al horizonte revela el alma volcánica de Lanzarote.