2023 está siendo el año del reconocimiento al George Glas, primero fue Oro en Mundus Vini en Berlín (febrero) para repetir de nuevo con otro oro en el Berliner Wine Trophy al mes siguiente y ahora, en Madrid, recoge otra medalla de Oro en el prestigio Concurso Internacional de Vinos Bacchus organizado por la Unión Española de Catadores.

El George Glas recupera los asoleados

Entre las labores que realiza El Grifo está la investigación y recuperación de viejas técnicas y tradiciones hoy olvidadas o abandonadas en las Islas Canarias, o que bien ya se usan de manera muy residual.

El asoleado de la uva permite producir un vino dulce de manera natural y fue la técnica recuperada para producir el George Glas.

Elaborado en la vendimia de 2015 con Listán Negro proveniente de cepas de una edad media entre 60 y 80 años, cultivadas bajo un grueso manto de ceniza volcánica, previamente asoleada la uva durante diez días para ser pisadas durante otros dos días de manera intermitente. Esta antigua práctica permitía concentrar los azúcares y permitía «ahorrar» al viticultor el uso de aguardiente o alcohol vínico. Pero también daba un toque especial y único al vino tinto, haciéndolo dulce.

Desde 2015 el George Glas permaneció en barricas de roble de 500 litros hasta que se interrumpió la crianza para proceder al embotellado de 6.364 botellas de este vino único y exclusivo en 2020, lanzándolo al mercado en ese año y cosechando reconocimientos y premios desde el primer momento, sorprendiendo tanto a expertos como a curiosos y amantes de los vinos.

Ya en 2021 obtuvo su primer oro, también en Bacchus, además de en CERVIM, destacando la medalla Gran Oro en Mundus Vini  al año siguiente. Premios que ya nos hacían intuir el éxito que está recogiendo este año 2023.

¿Por qué George Glas?

The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands fue una obra publicada por el viajero, comerciante y supuestamente espía de la Reina de Inglaterra, el escocés George Glas, en Londres en el año 1764. George Glas fue apresado y obligado a residir en Lanzarote durante casi una década bajo la acusación de espionaje, tiempo que aprovechó para conocer las islas, creando así esta obra reconocida hoy como un tesoro histórico y antropológico.

En el Museo del Vino de El Grifo se conserva, de hecho, una copia de la primera edición de esta obra. Posiblemente el marino escocés conoció aquellos primeros años de la bodega, fundada oficialmente en 1775 pero existiendo ya antes cultivo y producción de vino en la zona.

George Glas describe en esa obra como desaparecen los Canari, los afamados vinos que hacían furor en la Inglaterra de la época y su sustitución por unos nuevos vinos, tintos dulces, semejantes a los de Madeira.

Listán Negro, una uva del pasado que sobrevive en Lanzarote

La Listán Negro, como otras uvas plantadas en Lanzarote y Canarias, fue introducida en las islas traídas, principalmente, desde Andalucía, alrededor de 1760. Consta que fue el malagueño Matías Gálvez, padre del héroe de la independencia norteamericana, Bernando de Gálvez, quien poseía la finca La Gorvorana en Los Realejos (Tenerife), quien la cultivó por primera vez en el archipiélago.

En Lanzarote, como era costumbre y se ha mantenido la tradición hasta nuestros días, fue cultivada a pie franco, tras un muro de piedra y bajo una espesa capa de ceniza volcánica que permitía mantener la humedad y una temperatura constante alrededor de la vid.

Hacia finales del XIX y principios del siglo XX, la gran plaga de la filoxera arrasó en la Península Ibérica la Listán Negro y otras variedades como la Vijariego, que se mantuvieron en Canarias, pero especialmente en Lanzarote, prácticamente como un endemismo. Hoy día la Listán Negro es la uva más habitual en las islas, tras la Malvasía Volcánica.

Las cualidades del George Glas

El George Glas es un vino que se observa con un color de capa media, limpio y brillante, con una tonalidad apagada impuesto por su crianza oxidativa.

A la nariz se presentan notas de fruta escarchada con un carácter especiado a regaliz y pimienta negra que es muy típico del varietal, además de los matices propios de la crianza oxidativa como el café y los tostados.

En el paladar se torna persistente, envolvente, largo y con una acidez que equilibra perfectamente sus azúcares naturales.