El especial Canarias de mayo 1999 de Sobremesa dedica un amplio reportaje de la bodega, con abundante reportaje gráfico de la misma, rodeada de viñedos. Dice que se trata de la más antigua de Canarias pues no existe actualmente ninguna del siglo XVIII. Explica que fue reactivada por los actuales propietarios, quinta generación familiar, bajo la dirección de Felipe Blanco. Menciona los conocimientos enológicos de Juan Glaría, actual enólogo, y comentando nuestros vinos, dice concretamente del dulce de 1998:

Tiene 12 grados en volumen; La nariz es muy limpia y elegante, con aromas de laurel sobre un fondo de manzana recién pelada y un leve recuerdo de azahar. Su entrada en boca resulta amable, resolviéndola en un estallido de dulzor. A su paso, se evapora el alcohol y se diluye la acidez, quedando toques de limón y de flores de acacia. Al final recuerda a la melaza de caña de azúcar. Es muy bonita la vista, amarilla y acerada, muy luminosa y pálida.