El prestigioso crítico y publicista Bartolomé Sánchez, en su sección LOS VINOS DE MI BODEGA (nº 36, Noviembre 1999), con el subtítulo Cómplices del sol, dice de nosotros:

 

Madrugadora esta bodega: ya en octubre estamos disfrutando quizás del primer vino que sale al mercado en toda España. Pero no deja de ser mera anécdota cuando se trata del milagro de ser vid en Lanzarote. Para plantar un vidueño, el viticultor debe preparar un buen círculo, taladrar la capa de dura lava, de metro y medio de espesor, habilitar el largo sarmiento en la tierra a través del agujero y, por último, resguardar la cepa del viento abrasador procedente del Sahara con una cerca de piedra. Una capa de “picón”, negra lava menuda y porosa protegerá e hidratará las raíces cuando la humedad nocturna se introduzca en sus poros. Después de tan ímprobos esfuerzos, aparecerá bajo un sol de justicia, el dorado racimo de Malvasía. Si además la uva se trata adecuadamente, se elabora con cuidado exquisito, como lo hace Juan Glaría y fermenta a baja temperatura, lo lógico es que surja un vino original y pleno de matices, donde la malvasía expresará sus mejores encantos.

 

La Nota de cata: El Grifo Blanco seco 1999 es un vino delicado, con los aromas primarios a flor de piel, con notas de fruta seca y recuerdos florales que acompañan muy bien a su estilo elegante y equilibrado en el paladar. Ahora bien: como nota original se puede degustar en estos momentos sin más inconvenientes que su propia sencillez. Pero si se quiere gozar plenamente de esta malvasía, debe dejarse que llegue a su máximo esplendor dentro de unos meses. Consumo óptimo aproximadamente 2 años a 9 ºC.